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¿Por qué dormimos?

Si tenemos en cuenta que alrededor de un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo, es decir aproximadamente 25 años, se debe suponer que el sueño y el descanso son importantes.

Dormir es un periodo de aparente inactividad en el que ocurren cosas asombrosas tanto en nuestro cerebro y como en el cuerpo, además, permiten un adecuado funcionamiento durante el día.

Una de las áreas mejor estudiadas respecto al sueño es la consolidación de la memoria. Durante el día nuestros cerebros captan una enorme cantidad de información que, solo durante el sueño, se procesa y almacena adecuadamente.

Durante la noche, mientras descansamos, nuestros cuerpos se reparan y rejuvenecen; durante el sueño se reconstruyen los músculos y los tejidos, se sintetizan hormonas y el sistema inmune se vuelve fuerte.

Por estas razones, el sueño es importante para la mayoría de las personas. Solo con sueño de buena calidad y en cantidad suficiente se retiene la información del día y hay recuperación de las largas jornadas de la vida moderna para enfrentar los retos del día a día.

Dependiendo de la etapa de vida unos necesitarán más tiempo de sueño que otros; durante los periodos críticos del aprendizaje y crecimiento, los niños y adolescentes necesitan más horas de sueño –entre 10 y 14– mientras que los adultos menos –entre 8 y 10–.

Las personas que duermen menos de 6 horas cada noche tienen una expectativa de vida menor.

Tener buenos hábitos de sueño desde la infancia puede ayudarnos a tener una vida más saludable, mejores relaciones laborales y sociales y una mente más productiva.